«Fue una pistola puesta en la cabeza de la vicepresidenta de todos los argentinos, fue una pistola puesta en la cabeza de la democracia», expresó compungido el presidente del Partido
El ataque, sin precedentes en esta etapa de la democracia argentina, mereció el inmediato repudio de ministros, legisladores, encumbrados dirigentes políticos de la oposición y el oficialismo, sindicatos y personalidades