El subsecretario de Deportes, Manuel Oberto, junto al director Provincial de Actividad Física, Mauricio Santángelo, recibieron a las jugadoras Giovanna y Gianella Frattoni, quienes están de vacaciones tras el receso del básquet de Italia, dónde ambas se encuentran radicadas desde hace tres años.
Con formación basquetbolística en Neuquén, las hermanas Frattoni contaron su experiencia en Europa, las dificultades de la adaptación, y la experiencia recogida en estos años que consideran de “mucho aprendizaje”.
Claudio Frattoni, preparador físico especializado en básquetbol, quien trabajó en Centro Español de Plottier y en seleccionados neuquinos, entre otros, se mudó a Italia en 2020 junto a su familia, vinculada al deporte de los cestos y continúan viviendo en Europa.
En esta oportunidad, Giovanna Frattoni se mostró contenta de “volver para estar un tiempo con la familia, entrenar con mis compañeras de la Selección de Neuquén y de otros clubes que es algo que siempre se extraña”, señaló.
Agradeció al ministerio de Deportes “por habernos recibido” y expresó que “el subsecretario de la cartera provincial, Manuel Oberto, nos comentó que a los deportistas que están afuera de la provincia se les ofrece una ayuda psicológica, un apoyo en temas de nutrición, cosas que en los clubes de allá no tenemos y que se de en nuestra provincia, la verdad, que está muy bueno”.
Sobre su experiencia en el viejo continente, donde juegan un club de la B, la tercera categoría del básquetbol de Italia, el PSA San Antimo, de la ciudad de Nápoles, dijo: “aprendí mucho”. En este sentido, contó que cree que dónde más evolucionó como jugadora “es la parte mental por haber vivido experiencias y estado con jugadoras de otros países, situaciones que te brinda otras herramientas”.
Para Gianella, lo más difícil de la adaptación “fue el idioma. Me las tuve que rebuscar bastante y también adaptarme a la gente que es distinta”, afirmó.
Además, Gianella explicó que “el primer año fue difícil porque llegamos justo cuando se declaró la pandemia, pero ya en el segundo y el tercer año estuvimos en un equipo de Serie B. No jugábamos tanto porque yo era juvenil y había chicas más grandes. Pero ya en el tercer año, me pude adaptar porque fui a un club donde había muchas jugadoras juveniles”.
Por último, afirmaron que “en estos días vamos a estar con la familia y los amigos, pero no vamos a dejar de entrenar y pasarla bien”.